La historiadora estadounidense Heather Cox Richardson no es una autora ajena a esta bitacora. Por el contrario, he compartido varios de sus columnas diarias por lo instructivo y atinado de sus comentarios y, sobre todo, por usar el pasado para darle sentido a la actualidad estadounidense.
En este ocasión comparto un escrito analizando y comentando un panfleto publicado por el Departamento de Guerra de Estados Unidos durante la segunda guerra mundial, definiendo y caracterizando al fascismo para las tropas estadounidense. Cox Richardson escribe este texto como parte de la conmemoración del Memorial Day, día festivo dedicado a los veteranos norteamericanos.
La descripción que hace el panfleto del fascismo es, realmente, extradordinaria y muy pertinente en momentos en que la sociedad nortamericana vive una gran polarización y un fortalecimiento de la derecha más extrema.
Como el Departamento de Guerra en marzo de 1945, a Cox Richardson le preocupa que sus conciudadanos entiendan que el fascismo es, en pleno siglo XXI, una amenaza para la que deben estar listos para combatir. Para ello es necesario conocer sus caracterítcas y estrategias. De ahí la relevancia de lo que hace casi ochenta años se le trato de inculcar a la tropa.
30 de mayo de 2023
A partir de 1943, el Departamento de Guerra publicó una serie de panfletos para el personal del Ejército de los Estados Unidos en el teatro europeo de la Segunda Guerra Mundial. Titulada Army Talk, la serie fue diseñada “para ayudar [al personal] a convertirse en hombres y mujeres mejor informados y, por lo tanto, mejores soldados”.
El 24 de marzo de 1945, el tema de la semana fue “¡FASCISMO!”
“Están lejos de casa, separados de sus familias, ya no en un trabajo civil o en la escuela y muchos de ustedes están arriesgando sus propias vidas”, explicaba el panfleto, “debido a una cosa llamada fascismo”. Pero, la publicación preguntó, ¿qué es el fascismo? “El fascismo no es lo más fácil de identificar y analizar”, decía, “ni, una vez en el poder, es fácil de destruir. Es importante para nuestro futuro y el del mundo que tantos de nosotros como sea posible comprendamos las causas y prácticas del fascismo, para combatirlo”.
El fascismo, explicaba el documento del gobierno de Estados Unidos, “es un gobierno de unos pocos y para unos pocos. El objetivo es la toma y el control de la vida económica, política, social y cultural del Estado”. “El pueblo dirige gobiernos democráticos, pero los gobiernos fascistas dirigen al pueblo”.
“Los principios básicos de la democracia se interponen en el camino de sus deseos; Por lo tanto, ¡la democracia debe desaparecer! Cualquiera que no sea miembro de su pandilla interna tiene que hacer lo que se le dice. No permiten libertades civiles, ni igualdad ante la ley”. “El fascismo trata a las mujeres como simples criadoras. ´Los niños, la cocina y la Iglesia´, era el eslogan nazi para las mujeres”, decía el panfleto.
Los fascistas “hacen sus propias reglas y las cambian cuando quieren… Se mantienen en el poder mediante el uso de la fuerza combinada con propaganda basada en ideas primitivas de “sangre” y “raza”, mediante la hábil manipulación del miedo y el odio, y mediante falsas promesas de seguridad. La propaganda glorifica la guerra e insiste en que es inteligente y ´realista´ ser despiadado y violento”.
Los fascistas entendieron que “el principio fundamental de la democracia, la fe en el sentido común de la gente común, era el opuesto directo del principio fascista del gobierno de unos pocos de élite”, explicó, “así que lucharon contra la democracia … Enfrentaron a grupos políticos, religiosos, sociales y económicos y tomaron el poder mientras estos grupos luchaban”.
Los estadounidenses no deberían dejarse engañar pensando que el fascismo no podría llegar a Estados Unidos, advertía el panfleto; después de todo, “una vez nos reímos de Hitler como un pequeño payaso inofensivo con un bigote divertido”. Y, de hecho, Estados Unidos había experimentado “lamentables casos de sadismo de la mafia, linchamientos, vigilantismo, terror y supresión de las libertades civiles. Hemos tenido nuestras pandillas encapuchadas, Legiones Negras, Camisas de Plata e intolerantes raciales y religiosos. Todos ellos, en nombre del americanismo, han utilizado métodos y doctrinas antidemocráticas que… puede ser identificado correctamente como ´fascista´“.
El Departamento de Guerra pensó que era importante que los estadounidenses entendieran las tácticas que los fascistas usarían para tomar el poder en los Estados Unidos. Tratarían de ganar poder “bajo el disfraz de ´superpatriotismo´ y ´superamericanismo´“. Y usarían tres técnicas:
Primero, enfrentarían a grupos religiosos, raciales y económicos entre sí para romper la unidad nacional. Parte de ese esfuerzo para dividir y conquistar sería una “´campaña de odio´ bien planificada contra razas minoritarias, religiones y otros grupos”.
En segundo lugar, negarían cualquier necesidad de cooperación internacional, porque eso iría en contra de su insistencia en que sus partidarios son mejores que todos los demás. “En lugar de la cooperación internacional, los fascistas buscan sustituir un tipo pervertido de ultranacionalismo que le dice a su pueblo que son los únicos en el mundo que cuentan. Con esto va el odio y la sospecha hacia la gente de todas las demás naciones”.
En tercer lugar, los fascistas insistirían en que “el mundo no tiene más que dos opciones: el fascismo o el comunismo, y etiquetan como ´comunistas´ a todos los que se niegan a apoyarlos”.
Es “de vital importancia” aprender a detectar fascistas nativos, dijo el gobierno, “a pesar de que adoptan nombres y consignas con atractivo popular, se cubren con la bandera estadounidense e intentan llevar a cabo su programa en nombre de la democracia que están tratando de destruir”.
La única manera de detener el ascenso del fascismo en los Estados Unidos, dice el documento, “es haciendo que nuestra democracia funcione y cooperando activamente para preservar la paz y la seguridad mundiales”. En medio de la inseguridad del mundo moderno, el odio en la raíz del fascismo “cumple una triple misión”. Al dividir a la gente, debilita la democracia. “Al hacer que los hombres odien en lugar de pensar”, les impide “buscar la causa real y una solución democrática al problema”. Al prometer falsamente prosperidad, atrae a la gente a abrazar su seguridad.
“El fascismo prospera en la indiferencia y la ignorancia”, advirtió. La libertad requiere “estar alerta y en guardia contra la violación no solo de nuestra propia libertad sino de la libertad de todos los estadounidenses. Si permitimos que la discriminación, el prejuicio o el odio roben a cualquiera sus derechos democráticos, nuestra propia libertad y toda democracia se ven amenazadas”. Y si “queremos asegurarnos de que el fascismo no llegue a Estados Unidos, debemos asegurarnos de que no prospere en ninguna parte del mundo”.
Setenta y ocho años después de la publicación de “¡FASCISMO!” con su programa para reconocer ese sistema político y evitar que se apodere de los Estados Unidos, el presidente Joe Biden hoy en el Cementerio Nacional de Arlington en Arlington, Virginia, honró a aquellos que dieron sus vidas luchando para preservar la democracia. “En este día, nos reunimos nuevamente para reflexionar, recordar, pero sobre todo, para volver a comprometernos con el futuro por el que lucharon nuestros héroes caídos, … Un futuro basado en la libertad, la democracia, la igualdad, la tolerancia, la oportunidad y… justicia”.
“El monumento más verdadero a sus vidas”, dijo el presidente, es actuar “todos los días para garantizar que nuestra democracia perdure, nuestra Constitución perdure, y el alma de nuestra nación y nuestra decencia perduren”.
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Traducido por Norberto Barreto Velázquez
Referencias:
https://onlinebooks.library.upenn.edu/webbin/serial?id=armytalks
War Department, “Army Talk 64: FASCISM!” March 24, 1945, athttps://archive.org/details/ArmyTalkOrientationFactSheet64-Fascism/mode/2up