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Archive for abril 2019

Comparto con mis lectores otro artículo del Reverendo Juan Ángel Gutiérrez Rodríguez, miembro de la Mesa de Diálogo Martin Luther King, Jr. Según su página web, la mesa fue creada en Puerto Rico para «promover el legado de Martin Luther King, Jr., la resistencia y la acción activa no violenta y las teorías liberacionistas en la sociedad puertorriqueña como método para la abolición de todo tipo y forma de explotación, discrimen, exclusión, desigualdad y opresión y para promover la colaboración y la solidaridad.»

En esta ocasión el Reverendo Gutierrez Arroyo rescata las múltiples facetas del Martin Luther King  «invisibilizado».

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Martin Luther King Jr. waves to supporters on the Mall in Washington, D.C., Aug. 28, 1963. AFP/GETTY IMAGES

Recobrando el King invisibilizado

Reverendo Juan Ángel Gutiérrez Rodríguez

Claridad  19 de abril de 2019

Las estructuras de poder nos han vendido por los pasados 50 años la figura de Martin Luther King, Jr. como la de un predicador, no de un profeta, cuyo único interés era la armonía racial. Es por esa razón que han convertido su sermón “Yo tengo un Sueño” como su discurso definitorio. Al descarnar y descontextualizar esta alocución las estructuras de poder han manipulado y suavizado la voz del profeta. Un sermón que debe entenderse desde su prédica del 1962 que se fundamenta en los tres males de la sociedad estadounidense: la pobreza, el racismo y el militarismo.

Por más de 50 años han intentado escondernos al verdadero King. Me gustaría presentarles al King que nos han negado en las celebraciones y en las investigaciones. El King que el sistema no desea que conozcamos, que es una amenaza para el sistema. Al King verdaderamente revolucionario.

En una carta que King envía a Coretta el 18 de julio de 1952 reflexiona sobre su lectura del libro “Looking Backward” de Bellamy donde afirma lo siguiente “Doy la bienvenida al libro porque gran parte de él está en línea con mis ideas básicas. Me imagino que ya sabes que soy mucho más socialista en mi teoría económica que capitalista. Y, sin embargo, no estoy tan opuesto al capitalismo al cual no he podido ver su mérito relativo. Se inició con un noble y elevado motivo, a saber, para bloquear los monopolios comerciales de los nobles, pero como la mayoría de los sistemas humanos, fue víctima de lo mismo contra lo que se estaba rebelando. Entonces hoy el capitalismo ha superado su utilidad. Ha traído un sistema que toma las necesidades de las masas para dar lujos a las clases. Entonces, creo que Bellamy tiene razón al ver el declive gradual del capitalismo “ (Carson, 1998).

El King anticapitalista

Un mes antes de ser ejecutado, en marzo del 1968, en casa de uno de su más importante colaboradores, Harry y Julie Belafonte, King le comentaba a un grupo de personas cercanas “es el sistema el problema, y nos está ahogando hasta la muerte”. A esta aseveración Andrew Young, un cercano colaborador y luego alcalde de la ciudad de Atlanta y Embajador de los Estados Unidos a las Naciones Unidas, les responde “Bueno, no sé, no es todo el sistema. Es sólo una parte y creo que lo podemos cambiar”. King responde “El problema es que vivimos en un sistema fallido. El capitalismo no permite que haya movimiento de recursos económicos. Con el sistema, un pequeño grupo de privilegiados son ricos más allá de la conciencia y casi todos los demás están condenados a la pobreza de alguna forma”. A pesar de reconocer los avances en derechos civiles, King afirma que “Lo que más me preocupa ahora es que todos los pasos que se han tomado hacia la integración, y de esos estoy convencido, es que nos estamos integrando a una casa en llamas”. King estaba claro de que el problema del racismo era un síntoma que estaba ligado al sistema económico, el capitalismo, la enfermedad. Les presento al King anticapitalista.

El reto, en nuestras luchas diarias, es no olvidar que la mayoría de los problemas, tanto sociales, políticos y económicos, que enfrentamos como país son los síntomas de una enfermedad llamada capitalismo. Es como dice el dicho “la enfermedad no esta en la sábana”. No reconocer esta cruda realidad nos lleva a poner parchos al sistema que causa profundas heridas de injusticia y opresión; parchos que no sana las heridas sino que las profundizan.

El King de la lucha de clases 

En su primera visita en febrero del 1968 en solidaridad con la huelga de los trabajadores de la basura en la ciudad de Memphis, Tennessee, King respondió, a preguntas de un periodista, que “en un sentido se podría decir que estamos enfrentados en una lucha de clases”. Sobre su perspectiva de la lucha de clase King afirmaba que “el racismo es un instrumento de la clase privilegiada, como forma de dividir la clase trabajadora dándole a los blancos un margen de ventaja económico marginal y motivar en su sicología las pretensiones de superioridad”. En el último año de su vida King regreso a la idea de la lucha de clases. Les presento al King de la lucha de clases.

King estaba claro que los síntomas del sistema (el racismo, el sexismo, la homofobia, xenofobia) son instrumentos que el sistema utiliza para mantenernos divididos e imponer su voluntad. Debemos reconocer las inequidades que el sistema crea. Debemos atender esas inequidades. King estaba claro que los síntomas del sistema no afectaban sólo a los negros sino que también tenía profundas consecuencias para los blancos. Lo importante es recordar y reconocer que el sistema usa nuestras diferencias para mantenerlos divididos y oprimidos.

El King antireformista

En otra ocasión afirmó, “por años he trabajado con la idea de reformar las instituciones existentes de la sociedad, un pequeño cambio aquí y un pequeño cambio allá. Ahora siento diferente. Yo pienso que tenemos que reconstruir la sociedad enteramente”. Les presento al King anti reformista.

King sabía que el reformismo no era una alternativa para superar el racismo y la pobreza. No podemos seguir construyendo un nuevo país en una sociedad (colonizada y capitalista) que está en llamas y que su fin se acerca. King nos advierte que el camino de la nueva sociedad no es reformar la colonia y el capitalismo. El sistema tiene que ser cambiado, transformado de raíz.

El King internacionalista

En su discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz en el 1964 señaló lo siguiente sobre el aparthied: “Es en esta situación, en la cual a la gran masa de sudafricanos se le niega su humanidad, su dignidad, se les niega la oportunidad, se les niegan todos los derechos humanos; es en esta situación, que muchos de los más valientes y de los mejores sudafricanos sirven largos años en la cárcel, con algunos ya ejecutados; ante esta situación, en Estados Unidos y Gran Bretaña tenemos una responsabilidad única. Porque somos nosotros, a través de nuestras inversiones, a través de la incapacidad de nuestros gobiernos para actuar con decisión, los culpables de reforzar la tiranía sudafricana. Nuestra responsabilidad nos presenta una oportunidad única. Podemos unirnos en la única forma de acción no violenta que podría traer libertad y justicia a Sudáfrica, la acción que los líderes africanos han apelado, en un movimiento masivo por sanciones económicas”. Les presento al King internacionalista.

King reconocía que la explotación y el empobrecimiento en nuestros países son producto de las relaciones de injusticia y opresión con los países “desarrollados”, del imperialismo. Reconocía que el éxito de la lucha por la justicia y la libertad se fundamenta en la solidaridad internacional.

El King obrero

Estas reflexiones de King sobre el capitalismo lo llevaron acercarse al movimiento obrero. Señalaba en 1957 que “yo todavía creo que el movimiento obrero puede ser un instrumento poderoso para eliminar los demonios que enfrentamos en nuestra nación que le llamamos segregación y discriminación… con la unión de la poderosa influencia de los trabajadores y todas las personas de buena voluntad en la lucha por la libertad y la dignidad humana, puedo asegurarles que tenemos un instrumento poderoso”. En su discurso del 11 de diciembre del 1961 a la Cuarta Asamblea Constitucional de la AFL-CIO en la ciudad de Miami Beach en la Florida, King reafirmó el papel del movimiento obrero en la transformación de la sociedad capitalista. Le decía a la Asamblea que “para encontrar un gran diseño que resuelva los grandes problemas, el movimiento obrero tendrá que intervenir en la vida política de la Nación para marcar el curso que distribuya la abundancia a todos en vez de la concentración entre unos pocos”. Les presento al King obrero.

Entendía King que la unidad entre el movimiento obrero y el movimiento contra el racismo era fundamental y poderosa para derrotar los males de la sociedad y lograr su transformación. El éxito de la nueva sociedad se basa en la unidad de los sectores obreros y trabajadores con las luchas comunitarias y sectoriales. Una unidad, que King dice que es “un instrumento poderoso” de transformación.

Las estructuras de poder buscan maneras y formas, de acallar, manipular, la voz y el mensaje del profeta. Del profeta que enfrenta el poder, y sus diversas manifestaciones históricas, denunciando las acciones e inacciones que producen explotación, exclusión, empobrecimiento y muerte. El profeta que denuncia que los privilegios y comodidades de las clases en el poder son producto de relaciones de injusticia. Ese mismo profeta trae palabras de esperanza y aliento. Palabras que desean alimentar las ansias de libertad y fortalecer las prácticas de liberación.

Un estudio minucioso del ministerio y la práxis del Rev. King nos ha muestrado como encarnaba al profeta bíblico. Enfrentó; consistente, continua e insistentemente, a la sociedad estadounidense con su práctica de exclusión racial pero también con su práctica de explotación, empobrecimiento y violencia en todo el mundo. Creer que la única preocupación de King era la justicia racial es desvirtuar su mensaje y su militancia por la liberación y la justicia. Les presento al King revolucionario.

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La Public Broadcasting Service (PBS) – la red de televisión pública de los Estados Unidos- ha estrenado una nueva serie sobre el periodo posterior a la guerra civil, la llamada Reconstrucción. Presentada por el gran historiador afroamericano Henry Louis Gates, Jr., Reconstruction: America After the Civil War analiza en cuatro episodios uno de los periodos claves de la historia estadounidense.

Comparto con mis lectores la descripción de la serie:

Henry Louis Gates Jr. presents a vital new four-hour documentary series on Reconstruction: America After the Civil War. The series explores the transformative years following the American Civil War, when the nation struggled to rebuild itself in the face of profound loss, massive destruction, and revolutionary social change. The twelve years that composed the post-war Reconstruction era (1865-77) witnessed a seismic shift in the meaning and makeup of our democracy, with millions of former slaves and free black people seeking out their rightful place as equal citizens under the law. Though tragically short-lived, this bold democratic experiment was, in the words of W. E. B. Du Bois, a ‘brief moment in the sun’ for African Americans, when they could advance, and achieve, education, exercise their right to vote, and run for and win public office.

Aquellos interesados en verla, pueden visitar su página web aquí.

Norberto Barreto Velázquez

Lima, 10 de abril de 2019

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Tras 51 años de su asesinato, Martin Luher King sigue siendo una figura cimera de la lucha contra el racismo, la desigualdad y el militarismo. Esta corta nota del Reverendo Juan Ángel Gutiérrez Rodríguez, nos recuerda por qué.

KING, VIETNAM Y PUERTO RICO

Rev. Juan Ángel Gutiérrez Rodríguez

Claridad 5 de abril de 2019

Desconocemos el papel que jugó Puerto Rico en la crítica de King a la guerra de Vietnam. Es en el 1962 en su visita al Seminario Evangélico de Puerto Rico donde hace su primera crítica pública a la guerra. Debemos recordar que para ese tiempo la participación militar estadounidense en Vietnam es fundamentalmente de asesores militares y no es hasta el 1964 que se aumenta la participación militar directa en Vietnam.

El pasado 4 de abril se recuerdan 52 años de la denuncia pública del Dr. King a la guerra de Vietnam en la histórica Iglesia Riverside de la ciudad de Nueva York. Para muchas personas este discurso es su sentencia de muerte. Fue ejecutado un año después en Memphis, Tennessee. Sin embargo, ya King desde el 1962, había hecho declaraciones en contra del militarismo y la guerra de Vietnam.

 Sobre esta visita nos dice el Lcdo. William Fred Santiago, en su libro “Venceremos. Recobro de Martin Luther King, Jr.; “No fue en Chicago. No fue en Riverside Church, NY. No fue frente a las Naciones Unidas. Fue en la capilla del Seminario Evangélico de Puerto Rico donde Martin Luther King denunció públicamente y rompió el silencio evangélico sobre la guerra de Vietnam. Todos los que estuvimos allí ese día recordamos la denuncia firme de King con relación a la guerra de Vietnam y también recordamos aquel debate entre un querido profesor del Seminario Evangélico de Puerto Rico y la firme y decidida denuncia de King a los EUA como un exportador de la violencia y la matanza de inocentes en la guerra de Vietnam…. Todavía en esa época gran parte del pueblo americano apoyaba esa guerra que King calificó como “injusta y cruel”. Después de lo dicho en Puerto Rico, su crítica sobre la guerra de Vietnam fue “in crescendo”.

El Dr. Luis Rivera Pagán, en su escrito “Martin Luther King, Jr. Una Memoria entre Praga y San Juan” nos cuenta de dicho suceso “esa plática fue una de las primeras ocasiones en que King comenzó a tejer una crítica honda y radical a las acciones militares norteamericanas en Vietnam, cuando todavía la mayor parte del pueblo estadounidense las apoyaba. Para la mayoría de quienes estuvimos presentes esa mañana en la capilla del Seminario Evangélico las palabras de King fueron una sorpresa. Esperábamos que hablase sobre la lucha de los derechos civiles de los afroamericanos, de las hondas desigualdades socioeconómicas al interior de su nación y de la desobediencia civil como estrategia de resistencia y lucha. El tema eje, sin embargo, fue otro: Vietnam. Esbozó unos argumentos críticos que madurarían posteriormente en su famoso discurso del 4 de abril de 1967 en la Iglesia Riverside de Nueva York”.

 Recuerda Pagán que “cuestionado y disputado fuertemente en la sesión de preguntas y respuestas, King respondió con mucho ánimo, revelando, al menos para el oyente alerta, que en el agudo conflicto vietnamita, sus simpatías se inclinaban a la lucha de ese pueblo por su reunificación nacional y liberación de todo dominio imperial foráneo”.

 El querido profesor al que se refiere Fred Santiago es el Profesor Ángel M. Mergal. Señala Rivera Pagán en su libro “Senderos Teológicos. El pensamiento evangélico puertorriqueño” que “tras analizar la situación de los derechos civiles en los Estados Unidos y en respuesta a una pregunta del público, King criticó la intervención bélica de su nación en Vietnam. Ni corto ni perezoso, Mergal reaccionó con vigor, esgrimiendo la tesis de que al ser os comunistas unos bandidos (lawless), la guerra contra ellos era justa. No podían, en su opinión, confrontarse con medios de desobediencia civil que presuponen la existencia de una sociedad de legalidad y derecho, como la norteamericana. King, quien resultó ser un buen debatiente, con serenidad y convicción insistió en la coherencia de la no violencia para resolver conflictos nacionales e internacionales, a la vez que evadió caer en la trampa de la ideología anti comunista propia de la mentalidad de la guerra fría. El disgusto de Mergal al abandonar la capilla del Seminario era notorio”.

No es de sorprender la denuncia de King a la guerra. Desde muy temprano en su ministerio profético había esbozado su teoría de los tres males de la sociedad estadounidense: el racismo, la pobreza y el militarismo. Seis meses luego de su visita a Puerto Rico, el 8 de septiembre de 1962, King habla ante el Distrito 65 “Retail Wholesale and Department Store Union” en la cuidad de Monticello, New York, expone “los tres principales males sociales que están viviendo en nuestro mundo hoy”. Señala que estos son “el mal de la guerra, el mal de la injusticia económica y el mal de la injusticia racial”. En esa ocasión afirma lo siguiente sobre la guerra “la guerra apila nuestra nación con una deuda nacional más alta que montañas de oro. La guerra llena nuestra nación de huérfanos y viudas. La guerra envía hombres a sus hogares sicológicamente trastornados y físicamente incapacitados… La guerra es maldad, y debe existir personas en nuestra nación y en nuestro mundo, que serán parte de una minoría creativa y que desarrollarán una insatisfacción sobre todo lo que tiene que ver con la cuestión de la guerra”.

 Este hecho señala que su fuerte denuncia a la guerra de Vietnam en Puerto Rico es al menos 18 meses antes de su famoso discurso “Yo tengo un sueño” del 28 de agosto del 1963, 2 años antes de la escalada militar del ejército estadounidense del 1964 producto del ataque al destructor naval USS Maddox por el ejército de Vietnam del Norte y 5 años antes de su mensaje de denuncia pública en la Iglesia Riverside.

 Puerto Rico fue la plataforma inicial que uso King para su crítica directa a la Guerra de Vietnam.

Gutiérrez Rodríguez pertenece a la Mesa de Diálogo Martin Luther King Jr.

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