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Uno de los principales rasgos del llamado siglo americano es el predominio del automóvil como medio de transporte terrestre. Desde las primeras décadas del siglo XX los estadounidenses han vivido una intensa relación con sus automóviles.  La industria automotriz fue la actividad económica emblemática de ese periodo caracterizado por la de bonanza económica. En 1913, Henry Ford hizo posible la producción en masa de carros a través de la creación de la línea de ensamblaje. Con ello le fue posible bajar el precio de sus automóviles. Por ejemplo, el Ford Modelo T costaba $950 en 1909, $360 en 1916 y $290 en 1925. De esta forma los automóviles dejaron de ser un lujo y se convirtieron en una necesidad. Para 1923 había 23 millones de carros en los Estados Unidos.

Aunque el  automóvil tuvo un impacto directo en la sociedad estadounidense, se podría alegar que las mujeres fueron uno de los grupos más beneficiados. Como bien ilustra el siguiente trabajo de Bruce Watson, para las estadounidenses que podían poseer un carro, el automóvil significó libertad de movimiento y, por ende de acción. Los carros se convirtieron en uno de los medios usado por las estadounidenses para  retar el control que los hombres poseían de la sociedad.

Watson es un escritor e historiador estadounidense que se especializa en cultura e historia de Estados Unidos. Es autor de seis libros y de  artículos, ensayos y reseñas de libros publicados en revistas como el Smithsonian Magazine y  American Heritage. Posee una maestría en historia estadounidense de la University of Massachusetts Amherst. Ha enseñado en Deerfield Academy,  Bard College, University of Massachusetts Amherst y Hampshire College. Watson publica un blog llamado The Attic dedicado a  historia de Estados Unidos.


alice ramsey

Alicia en Autoland

Bruce Watson

American Heritage

Mayo 2023 Volumen 68 Número 3

Hackensack, New Jersey – 1908 – Duke era un caballo rudo, pero Alice podía manejarlo. “Tengo brazos fuertes”, le dijo a su esposo. Y, una tarde de verano, salió a caballo. El siglo XIX en sí parecía cabalgar con ella, lento y laborioso. Entonces el siglo XX vino desde atrás.

“Probablemente no había media docena de vehículos motorizados en Hackensack”, recordó Alice Ramsey. Pero, con una bocina y un rugido, un nuevo Pierce-Arrow “pasó volando a un ritmo de 30 millas”. Duke salió corriendo. Alice se aferró al cuello del caballo hasta que disminuyó la velocidad y se acomodó.

Esa noche, cuando Alice le sugirió que consiguiera un caballo más pequeño, su esposo, un banquero y futuro congresista, tuvo una idea más moderna: “El hombre de la agencia Maxwell cree que podrías conducir un automóvil sin ningún problema. ¿Cómo te gustaría tener uno de esos, en lugar de un caballo?”

Alice Ramsey tenía 22 años, era una madre recién casada. Pero ella había “crecido mecánica, algo que heredé de mi padre”. Entonces, cuando saltó al asiento del conductor, siguió adelante.

1909 Maxwell Roadster |

Maxwell Runabout, 1909

Ese verano, en su nuevo Maxwell Runabout, condujo por toda Nueva Jersey, unas 6,000 millas. Cuando terminó la carrera de resistencia Montauk Point, una caminata de 150 millas a través de Long Island, un concesionario de automóviles tenía una propuesta.

“Te he visto conducir todo el día”, dijo el hombre de Maxwell, “y creo que eres la mejor conductora natural que he visto. ¿Sabes lo que estoy a punto de profetizar?”

Para demostrar que las mujeres también podían manejar un automóvil, este hombre propuso un viaje “desde Hell Gate en el Atlántico hasta Golden Gate en el Pacífico”. ¿Estaba Alice a la altura?

El romance estadounidense con la carretera aún no había florecido. Solo una persona, un médico de San Francisco, había conducido por todo el país. Otras seis expediciones habían fracasado. Alice accedió a intentarlo, si su marido lo aprobaba. Cuando sus hermanas de mediana edad, Nettie y Margaret, pensaron que el viaje podría ser divertido, John Ramsey estuvo de acuerdo. Nunca “me limitó”, dijo Alice.

El 9 de junio de 1909, Alice, Nettie, Margaret y Hermine Jahns, de 19 años, se pararon bajo la lluvia torrencial fuera de la sala de exposición Maxwell en Broadway. Junto a ellos había un automóvil de turismo verde oscuro con techo de cuero, equipaje adicional y bastidores de neumáticos, y un tanque de gasolina de 20 galones. El automóvil también tenía una bombilla de goma “bocina de bocina”, un acelerador de chispa y una manivela en el frente.

ramsey car

Las reparaciones fueron frecuentes durante el viaje por carretera de Ramsey, que comenzó en el puente Hell Gate en la ciudad de Nueva York y terminó en el Golden Gate en San Francisco. Biblioteca del Congreso

Por delante había 3.800 millas de carreteras, menos de 200 pavimentadas. Sus únicas guías, de la nueva AAA, utilizaban puntos de referencia como “la casa amarilla” para la navegación. Pero los hombres de Maxwell tenían fe en Alice Ramsey. Otros no estaban tan seguros.

“¿Dónde están tus armas?”, Preguntó un hombre en la multitud.

“No llevamos ninguno”.

“¿Qué hay de protegerse?”

“No tenemos miedo”.

“¿Y no tienes almohadas?”

“Si uno de nosotros necesita una almohada”, dijo Alice, “supongo que tendrá que abordar un tren hasta la siguiente parada. Creo que deberíamos empezar”.

Entonces Alice saludó a un hombre listo para arrancar el auto, e hizo el trabajo ella misma. Con un chisporroteo el Maxwell se dirigió a Broadway, cruzó el Hudson en Yonkers y siguió traqueteando. Al atardecer, estaban en Poughkeepsie, un primer día de 76 millas.

En todo Estados Unidos, las mujeres “conducían”. En su auto sin ventanas, sobrevivieron al calor bochornoso, lluvias torrenciales y once neumáticos pinchados.

Maxwell" Model D A; 30 horsepower Touring car. - NYPL Digital Collections

En su viaje de más de 6,000 kilómetros, Alice Ramsey manejó un Maxwell 30 de color verde.

Mientras sus compañeras estaban sentadas, “bien arregladas y vestidas con el más delicado calzado de tacón francés”, Alice cambió todos los neumáticos, limpió las bujías, revisó el gas sumergiendo una regla en el tanque, reparó los frenos y condujo todo el camino. Hicieron solo cuatro millas en los días en que el camino estaba “pegajoso”, cerca de 200 cuando estaban gravados.

En las afueras de Chicago, otro automóvil se acercó demasiado, abolló un tapacubos y siguió conduciendo. “Nuestro primer golpe y fuga”, señaló Alice. Cruzando el Mississippi por un puente de tablones de madera, “ahora, por fin, estábamos en el oeste”.

Pero Iowa era “360 millas de gumbo”. Empantanadas, retrocediendo, ampolladas por el sol, las mujeres tardaron 13 días en llegar a Nebraska. Las guías AAA no cubrían los estados occidentales, por lo que Alice navegó siguiendo postes telefónicos cuyos cables se multiplicaban cuando una ciudad estaba cerca.

Cheyenne era algo salido de un western: vaqueros e indios en la calle. A través de las Montañas Rocosas en antiguos senderos comerciales, luego hacia el sur en Salt Lake y a través de Nevada. Una enorme zanja tardó seis horas en cruzarse, mientras el grupo avanzaba, se elevaba por encima del barro y avanzaba un poco más.

Se movieron sobre las Sierras en caminos de serpientes utilizados para dar servicio al Ferrocarril Transcontinental, luego hacia abajo, hacia el dorado Valle Central de California.

Alice Ramsay y sus tres compañeras de viaje. Detroit Public Library

Después de 59 días en la carretera, la tripulación del Maxwell tomó el ferry de Oakland a San Francisco, luego subió por Market Street mientras la multitud saludaba y vitoreaba. El periódico del día siguiente decía:

BEAUTIFUL WOMEN MOTORISTS ARRIVE AFTER A TRIP ACROSS THE CONTINENT

Alice Ramsey condujo largas distancias toda su vida. Cuando su esposo murió en 1933, ella siguió cruzando América, haciendo 30 viajes de costa a costa, el último a los 89 años. Cuando murió en 1983, el paisaje estadounidense que amaba (las llanuras, las montañas, el escarpado oeste) se había convertido en un “país elevado”. Pero cuando se convirtió en la primera mujer elegida para el Salón de la Fama del Automóvil, su espíritu prevaleció.

“Ha sido hecho por hombres”, dijo, “y, mientras ellos hayan podido lograrlo, ¿por qué no debería hacerlo yo?”

Traducido por Norberto Barreto Velázquez

The Rise Of "Divisive Concept" Laws - Diane RehmDebe doler la Historia

Norberto Barreto Velázquez

Jugo de caigua    15 de mayo de 2023

En estas primeras décadas del siglo XXI se ha desarrollado en Estados Unidos un intenso —y a veces violento— debate sobre cómo debe enseñarse la historia de ese país. Esta es una vieja discusión que tomó fuerza en el contexto de la elección de Donald J. Trump y del surgimiento de los movimientos Me too y Black Lives Matter. Es lo que se conoce en la historia estadounidense como una guerra cultural, es decir, el conflicto entre grupos sociales por el dominio de sus valores, creencias y/o costumbres. En sus más de doscientos años de vida independiente, la sociedad estadounidense ha sido testigo de guerras culturales por temas tan diversos como la teoría de la evolución, el rezo en las escuelas públicas y el consumo de alcohol. Estas han provocado la aprobación de leyes federales y de enmiendas a la Constitución, intensos debates políticos, disputas académicos y, en más de un caso, violencia.

Lo que hace especial el actual debate sobre la enseñanza de la historia estadounidense es el contexto en el que se desarrolla. En lo que va del siglo XXI, Estados Unidos ha vivido uno de los periodos de mayor división política de su historia. Mucho antes de la elección de Barack Obama en 2008, la sociedad estadounidense estaba dividida ideológica, política, racial y económicamente. La elección de un afroamericano a la presidencia alteró los ánimos, pues no todos los estadounidenses vieron con buenos ojos tal evento histórico. La pandemia del Covid-19 y sus consecuencias aumentaron la división y los conflictos entre los estadounidenses blancos y negros, ricos y pobres, republicanos y demócratas, liberales y conservadores. Tal es la desunión y el nivel de conflicto, que hay quienes advierten de la posibilidad de que se desate una guerra civil.

Culture War in the Classroom - Dissent Magazine

Con relación a la enseñanza de la historia, hay un sector de la sociedad que cree que la esclavitud, la desigualdad, la pobreza, la violencia racial o el trato recibido por los nativos americanos son temas que dividen y presentan una imagen errónea de la sociedad estadounidense y, por ende, deben ser evitados o, por lo menos, reducidos a su mínima expresión. De ahí que favorezcan prohibir libros, eliminar programas de investigación y estudios universitarios, censurar el contenido de libros de textos, despedir maestros, etc. Para ellos, quienes insisten en enfatizar el pasado violento, racista, clasista, imperialista, machista, sexista y homofóbico de los Estados Unidos buscan hacer sufrir a los estudiantes —blancos— inculcándoles un sentido de culpa y vergüenza de su país.  Insisten en que la enseñanza de la historia de Estados Unidos debe producir ciudadanos patriotas y orgullosos de ser estadounidenses, no críticos de su país.

Otros consideran imprescindible que los estadounidenses, sobre todo la mayoría blanca, deje atrás una versión edulcorada de la historia de su país, pues solo así accederían a una visión realista que les permita enfrentar los serios problemas que enfrenta su sociedad. Para ello proponen una enseñanza crítica de la historia de Estados Unidos, que permita reconocer los errores y pecados del pasado. Una historia en la que se hable de la esclavitud, de los linchamientos raciales, de las masacres de amerindios, del racismo sistémico, de la pobreza, de la violencia policial, etc. En fin, una historia que duela.

Alabama GOP lawmaker's 'divisive concepts' bill 'fights racism' with racism  - al.comEstá por verse cuál de los grupos se impondrá, pero ya es claro que en estados como Tennessee, Florida, Dakota del Sur y Georgia han aprobado o están por aprobar las llamadas  leyes en contra de conceptos divisivos (divisive concepts laws) que prohibirían enseñar la historia de los Estados Unidos de una manera que pueda hacer que cualquier estudiante se sienta culpable. En Texas se ha propuesto no hablar de esclavitud, sino de reubicación involuntaria (involuntary relocation).Personalmente, no creo que la enseñanza de la historia deba doler, pero sí se debería estudiar y entender temas históricos dolorosos y controversiales. Tomemos tres ejemplos. ¿Cómo entender la amenaza a la supervivencia de la humanidad que implica la existencia de miles de armas nucleares sin  comprender el alcance y significado del bombardero atómico de Hiroshima y Nagasaki? ¿Cómo enfrentar el renacer de ideas antisemitas en Europa y Estados Unidos sin estudiar, por más doloroso que sea, el exterminio que llevaron a cabo los nazis de millones de hombres, mujeres y niños judíos durante la Segunda Guerra Mundial? ¿Cómo solucionar el conflicto que hace más de 70 años divide a judíos y árabes en torno a Palestina sin examinar el proceso de limpieza étnica que conllevó la independencia de Israel?  En los tres casos hay muerte, dolor y sufrimiento, pero no por ello hay que obviarlos o reducir su importancia para minimizar la incomodidad que podrían provocarnos. Precisamente, de eso se trata estudiar y enseñar Historia: de sacarnos de la comodidad de la ignorancia y enfrentarnos a hechos y eventos que nos hagan reflexionar en torno a lo bueno, pero también a lo malo, de lo que somos capaces los seres humanos.

El libro Freedom’s Dominion A Saga of White Resistance to Federal Power (Basic Books, 2022) de  Jefferson Cowie, acaba de ganar el Premio Pulitzer de Historia de este año. Como no he tenido la suerte de leerlo, comparto la traducción de la descripción que hace la editorial de este libro:

La libertad estadounidense se asocia típicamente con la lucha de los oprimidos por un mundo mejor. Pero durante siglos, cada vez que el gobierno federal intervenía en nombre de las personas no blancas, muchos estadounidenses blancos han luchado  en nombre de la libertad, su libertad para dominar a los demás.  En Freedom’s Dominion, el historiador Jefferson Cowie rastrea esta compleja saga centrándose en un lugar esencialmente estadounidense: el condado de Barbour, Alabama, el hogar ancestral del agitador político George Wallace. En una tierra moldeada por el colonialismo de asentamiento y la esclavitud, los blancos armaron la libertad para apoderarse de las tierras nativas, defender la secesión, derrocar la Reconstrucción, cuestionar el New Deal y luchar contra el movimiento de derechos civiles.  Una historia fascinante del choque de larga data entre los blancos y la autoridad federal, este libro cambia radicalmente nuestra comprensión de lo que significa la libertad en Estados Unidos. 

Jefferson Cowie es un historiador social y político cuya investigación y enseñanza se centran en analizar cómo la clase, la raza, la desigualdad y el trabajo dan forma al capitalismo, la política y la cultura estadounidenses. Cowie ocupa la cátedra James G. Stahlman en Vanderbilt University.

Freedom's Dominion

Este año conmemoramos doscientos años del discurso en el que el presidente James Monroe declaró que América era para los americanos. Una declaración sin ninguna autoridad cuando Monroe la hizo pública, pero que se convirtió en la piedra angular del intervencionismo estadounidense en América Latina, especialmente, en el siglo XX.

Para conmemorar este evento compartiré con mis lectores viejas entradas que hemos publicado en esta bitácora analizando la Doctrina Monroe (DM).  Comenzaré con la más antigua de ellas. El 2 de julio de 2008 reseñé un artículo publicado por el gran historiador Greg Grandin en la página cibernética del American Empire Project. Titulado “Losing Latin America What Will the Obama Doctrine Be Like?”, el artículo analizaba las posibles repercusiones de una victoria de Barak Obama en las elecciones de 2008 en  las relaciones de los Estados Unidos con América Latina. Grandin anunciaba entonces lo que hoy parece ser una realidad, que Estados Unidos ha «perdido» a América Latina. En otras palabras,  que la influencia -por no decir hegemonía estadounidense en la región- es cosa del pasado gracias a los errores de la nación estadounidense y de los cambios en al tablero mundial.

Como parte de su análisis, Grandin hizo interesantes comentarios sobre la DM.


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Greg Grandin es un historiador norteamericano, profesor de la Universidad de Nueva York y autor de varios libros sobre los efectos de la política exterior norteamericana en América Latina, especialmente, en Centroamérica.  Su enfo- que crítico y su capacidad de llamar las cosas por su nombre, le convierten, a mí juicio, en uno de los latinoamericanistas norteamericanos más destacados de la actualidad.

Grandin

Grandin acaba de publicar un artículo en la página cibernética del American Empire Project que llamó poderosamente mi atención. En su escrito titulado “Losing Latin America What Will the Obama Doctrine Be Like?”,  Grandin analiza las posibles repercusiones de una victoria de Barak Obama sobre las relaciones de los Estados Unidos con América Latina. Aunque sus comentarios sobre este tema me resultaron muy interesantes, debo confesar que lo que más llamó mi atención fueron sus observaciones sobre la doctrina Monroe. Esta famosa doctrina emitida en 1823 por el entonces presidente de los Estados Unidos James Monroe ha sido, desde entonces, la base de la política exterior norteamericana hacia América Latina. Desde Teodoro Roosevelt hasta Ronald Reagan, varios líderes norteamericanos recurrieron a los postulados de ésta para justificar sus desmanes en la región latinoamericana.

Grandin reacciona a los argumentos de un informe preparado por un “task force” del Council on Foreign Reations titulado U.S.-Latin America Relations: A New Direction for a New Reality publicado en mayo de 2008. Este informa analiza el estado actual de las relaciones latinoamericanas y concluye que la era del dominio norteamericano en América Latina ha llegado a su fin. Prueba de ello es que gran parte de la región está gobernada por líderes de centro-izquierda cuya orientación oscila desde el populismo de Chávez hasta el reformismo de Lula. Este liderato rebelde, según el infome, ha buscado distancia de los Estados Unidos cortejando a China y abriendo mercados en Europa. Además, el liderato latinoamericano ha asumido una actitud disidente con relación a la guerra contra el terrorismo, ha puesto trabas a los tratados de libre comercio y ha marginado al Fondo Monetario Internacional. Todo esto lleva a los autores del informe a declarar obsoleta la doctrina Monroe, cosa que Grandin llama a tomar con cuidado.

James_Monroe_02De acuerdo con Grandin, esta no es la primera vez que la doctrina Monroe es declarada obsoleta por un grupo de analistas estadounidenses. La crisis que vivieron los Estados Unidos en la década de 1970 provocada por la derrota en Vietnam, la caída del dólar, el escándalo de Watergate, la competencia europea y el aumento en los precios del petróleo generó una revisión de la política exterior estadounidense por parte de los sectores liberales del “establishment” diplomático norteamericano. Éstos propusieron una reorientación de la política exterior norteamericana que incluía el abandono de la doctrina Monroe. Los liberales no fueron los únicos que analizaron la crisis de 1970. La primera generación de neoconservadores y la derecha religiosa también reaccionaron, pero de forma completamente opuesta. Intelectuales conservadores como Jeanne Kirkpatrick enfocaron a América Latina y no dieron por muerta a la doctrina Monroe, sino que la usaron para justificar la política del presidente Reagan con resultados genocidas en Centroamérica.

greg_grandinSegún Grandin, la disyuntiva actual (un claro descenso del poder norteamericano, una América Latina movilizada, un inminente cambio de presidencia en los EEUU y la ruina de la alianza neoconservadora de George W. Bush) podría hacer que políticos norteamericanos voltearan sus ojos hacia el sur. Grandin teme que ello provoque un renacer de la doctrina Monroe cuyas consecuencias estarían por verse.

Comparto la preocupación de Grandin y como él, no doy por muerta la doctrina Monroe. Históricamente, América Latina ha ocupado una posición secundaria y subordinada en la política exterior de los Estados Unidos. Las autoridades estadounidenses sólo han revaluado su visión y relación con la región en momentos de crisis como la segunda guerra mundial y la radicalización de la revolución cubana. Además, no se debe olvidar que tales reenfoques no fueron, necesariamente, beneficiosos para la región. La disyuntiva actual (decadencia norteamericana a nivel doméstico e internacional y altos precios en los hidrocarburos y los alimentos) unida a los inevitables cambios que sufrirá el sistema internacional como consecuencia de la redistribución de fuerzas, los cada vez más evidentes problemas climáticos y la creciente competencia por fuentes de energía y otras materias primas, podrían forzar a los Estados Unidos a volver sus ojos a la región que tradicionalmente han considerado su área de hegemonía natural, lo que haría inevitable un resurgir de la doctrina Monroe como su justificante ideológico.

Norberto Barreto Velázquez, Ph. D.

Lima, 3 de julio de 2008

En esta entrevista, el historiador Howard Holzer analiza cómo Franklin D. Roosevelt  se relacionó con los medios y, en especial  la radio, durante su larga presidencia. Holzer es entrevistado por Kenny Ryan, anfitrión del podcast [Abridged] Presidential Histories.

Holzer  es una de las principales estudiosos de la presidencia de Abraham Lincoln y la cultura política de la época de la Guerra Civil. Es un prolífico escritor que en el 2015 ganó el  Gilder-Lehrman Lincoln Prize.  En el 2008 recibió  la Medalla Nacional de Humanidades.


FDR1El dominio de FDR de la radio, la prensa y la persuasión, una entrevista con Harold Holzer

[Abridged] Presidential Histories

1 de mayo de 2023

«The president wants to come into your home and sit at your fireside for a little fireside chat,» – Robert Trout of CBS News, introducing one of FDR’s radio speeches.

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FDR es el presidente con más años de servicio en la historia de Estados Unidos, ganando cuatro mandatos consecutivos. El historiador Howard Holzer, director del Roosevelt House Public Policy Institute en el Hunter College de la ciudad de Nueva York, presidente del Lincoln Forum, y autor de The Presidents vs. the Press: The Endless Battle Between the White House and the Media, From the Founding Fathers to Fake News, se une a mí para discutir cómo FDR dominó los medios de comunicación de su época para convertirse en el presidente más persuasivo de la historia de Estados Unidos.


Para oir la entrevista ir aquí.

Traducido por Norberto Barreto Velázquez

Los Archivos Nacionales (NARA) estadounidenses han iniciado un interesante programa para la transcripción de parte de los más de cinco millones de documentos relacionados al asesinato de John F. Kennedy. Lo interesante del programa es que está abierto al público. Es decir, quienes estén interesados pueden ayudar a transcribir los documentos.

Comparto la nota de prensa de NARA con más información para quienes estén interesados.


Photograph of President Kennedy and Jackie Kennedy sitting on the stairs with a red carpet runner. JFK Jr. sits in his father's lap, while Caroline Kennedy sits in her mother's lap.

El presidente Kennedy y familia. Presidente Kennedy, Sra. Kennedy, John F. Kennedy, Jr., Caroline Kennedy. Newport, RI, Hammersmith Farm, 29 de septiembre de 1961.  Identificador de Archivos Nacionales 194202

El presidente John F. Kennedy fue asesinado el 22 de noviembre de 1963. Casi 30 años después de su muerte, el Congreso promulgó la President John F. Kennedy Assassination Records Collection Act of 1992. La Ley ordenaba que todo el material relacionado con el asesinato se alojara en una sola colección en la National Archives and Records Administrations.

La colección resultante consta de más de 5 millones de páginas de registros relacionados con el as, fotografías, películas, grabaciones de sonido y artefactos (aproximadamente 2,000 pies cúbicos de registros). Lea más sobre la colección.

Ayuda a transcribir la Colección de Registros de Asesinatos de JFK

La mayoría de los registros de la Colección de Registros de Asesinatos de JFK están abiertos para investigación, y una parte de ellos ahora están disponibles para acceso en línea en el Catálogo de Archivos Nacionales.

President and Mrs. Kennedy smile as they walk down the stairs from Air Force One. Mrs. Kennedy is wearing a pink suit and hat. Air Force One and a bright blue sky is behind them.

El presidente y la señora Kennedy desembarcan del Air Force One en Love Field, Dallas, Texas, noviembre de 1963. Identificador de Archivos Nacionales 6816409

¡Tienes la oportunidad de transcribirlos! Visite nuestra Misión de transcripción de la colección de registros de asesinatos de JFK para comenzar. Se han creado varias misiones de Archivero Ciudadano con registros de esta colección. Seleccione una misión y comience a transcribir para ayudar a que los registros sean más fáciles de buscar y accesibles.     Cada palabra que transcriba ayuda a que estos registros sean más fáciles de buscar y accesibles en línea. Si está interesado pueden comnenzar a transcibir aquí.

Traducido por Norberto Barreto Velázquez

d45eb38796273ae5332c95e2d2a6113798476db7_Banner_600x300_Aniversario_MON_Mesa de trabajo 1_1280x2880.jpgUn día como hoy hace ya quince años nació este blog. Justo llevaba menos de un año viviendo en el Perú y no contaba con un status migratorio que me permitiera trabajar. De ahí que crear un blog resultara una forma de matar dos pajaros de un tiro:  ocupar el tiempo que tenía disponible y promover el estudio de la historia de Estados Unidos en América Latina. Ya no me sobra tiempo, pero igual sigo promoviendo el estudio de la historia estadounidense. En ese sentido hemos avanzado, pero falta mucho por recorrer

Agradezco a las miles de personas que han  visitado al Imperio de Calibán en estos años, y espero les haya resultado útil de alguna forma.

Norberto

Captura de pantalla 2023-04-25 a la(s) 08.25.56.pngLa Real Academia Española de la Historia está celebrando un ciclo de conferencias titulado España y la independencia de Estados Unidos: Los protagonistas.Coordinado por la historiadora Carmen Iglesias, el ciclo se extenderá del 11 de abril al 9 de mayo, y consistirá de cuatro conferencias:

  1. Carmen Iglesias, España y la independencia de los Estados Unidos, 11 de abril (disponible en Youtube).
  2.  Luis Ribot, La política exterior de Carlos III,  18 de abril (disponible en Youtube).
  3.  Hugo O’Donnell y Duque de EstradaLa independencia de los Estados Unidos y España: El escenario militar, 25 de abril.
  4.  Gonzalo M. Quintero Saravia, En las trincheras del Imperio: Gálvez, Saavedra, Ezpeleta…, 9 de mayo. 

Comparto esta nota de prensa de la Franklin D. Roosevelt Presidential Library and Museum (FDRPL) invitando a un conversatorio sobre el libro del Dr. Derek Leebaert, Unlikely heroes: Franklin Roosevelt, His Four Lieutenants, and the World They Made (St. Martin’s Press, 2023).


descargaHYDE PARK, NY — La Franklin D. Roosevelt Presidential Library and Museum presentará conversatorio y firma de libros con Derek Leebaert, autor de UNLIKELY HEROES: FRANKLIN ROOSEVELT, HIS FOUR LIEUTENANTS, AND THE WORLD THEY MADE, a las 6:00 P.M. el miércoles 10 de mayo de 2023. El evento se llevará a cabo en el Henry A. Wallace Center at the FDR Presidential Home and Library y se transmitirá en vivo a las cuentas oficiales de YouTube, Twitter y Facebook de la FDRRPL. Este es un evento público gratuito, pero se requiere registro para asistir en persona.  HAGA CLIC AQUÍ para registrarse.

Sinopsis:

Cuatro personas notables sirvieron en el escalón más alto de la administración del presidente Franklin Roosevelt desde los aterradores primeros meses de la primavera de 1933 hasta su muerte en abril de 1945. Estos lugartenientes fueron figuras clave en la administración de FDR. Desarrollaron políticas innovadoras para combatir la Depresión, implementaron el New Deal y fueron fundamentales para la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial.

Hasta 1933, habría parecido poco probable que Harry Hopkins, Harold Ickes, Frances Perkins y Henry Wallace hubieran sido considerados para un alto cargo. Aún así, cada uno se convirtió en una figura mundial, y habría sido extremadamente difícil para Roosevelt transformar la nación sin ellos. Al examinar las vidas de estos cuatro individuos, surge una imagen muy diferente de cómo los estadounidenses salvaron su democracia. Muchos de los peligros que superaron siguen siendo relevantes.

Derek Leebaert es el autor de GRAND IMPROVISATION: AMERICA CONFRONTS THE BRITISH SUPERPOWER, 1945-1957; MAGIA Y CAOS: LOS DELIRIOS DE LA POLÍTICA EXTERIOR ESTADOUNIDENSE DESDE COREA HASTA AFGANISTÁN; y ATREVERSE Y CONQUISTAR: OPERACIONES ESPECIALES Y EL DESTINO DE LAS NACIONES. Fue editor fundador de la revista International Security de Harvard / MIT  y es cofundador del Museo Nacional del Ejército de los Estados Unidos. Es D.Phil por la Universidad de Oxford y vive en Washington, D.C.

Traducido por Norberto Barreto Velázquez

En conmemoración del aniversario ciento veinticinco del inicio de la guerra hispano-cubano-estadounidense, la National Portrait Gallery del Smithsonian anuncia la inaguración de una exhibición llamada “1898: U.S. Imperial Visions and Revisions of the United States”.

La pinic war, como la llamó un  alto funcionario del gobierno estadounidense, es uno de los conflictos más cortos y exitosos en la historia de Estados Unidos. Con una fuerza asombrosa, la Marina de guerra estadounidense arrazó a su homóloga española, llevando a Estados Unidos a convertirse en un «imperio insular». Esta guerra cambió la historia no solo de los estadounidenses, sino también de los españoles, cubanos, filipinos, hawaianos, puertorriqueños  y chamorros.

De acuerdo con la nota de prensa del Smithsonian, la exhibición, inagurada el 28 de abril pasado, estará disponible hasta el 25 de febrero de 2024. Quienes estamos lejos de Washington D.C. podremos acceder a ésta a través de su sitio web.


National Portrait Gallery (United States) - Wikipedia

La Galería Nacional de Retratos presenta “1898: U.S. Imperial Visions and Revisions” del 28 de abril al 25 de febrero de 2024

Smithsonian Museum    28 de marzo 2023

Comunicado de prensa

La National Portrait Gallery del Smithsonian Museum ha anunciado la inauguración de una exhibición titulada “1898: Imperial Visions and Revisions of the United States”, que marca el 125 aniversario del año en que Estados Unidos adquirió territorios de ultramar y emergió como una potencia mundial. Inaugurada el 28 de abril, “1898: U.S. Imperial Visions and Revisions” es la primera gran exposición del Museo Smithsonian que examina la Guerra de 1898 (a menudo llamada la Guerra Hispano-Estadounidense), la Resolución Conjunta del Congreso para anexar Hawai’i (julio de 1898), la Guerra Filipino-Estadounidense (1899-1913) y el legado de este controvertido capítulo de la historia. A través de la lente del retrato y la cultura visual, esta exposición de más de 90 objetos presenta las perspectivas de aquellos que abogaron por la expansión en el extranjero, aquellos que se opusieron y aquellos que trataron de tener agencia sobre su futuro político cuando Estados Unidos trajo a Cuba, Guam, Hawai’i, Puerto Rico y Filipinas a su esfera de poder.

“1898: U.S. Imperial Visions and Revisions” es co-curada por Taína Caragol, curadora de pintura, escultura y arte e historia latinos, y Kate Clarke Lemay, historiadora, con la asistencia de Carolina Maestre, asistente curatorial de arte e historia latina. El público en línea tendrá acceso a los componentes de la exposición y recursos educativos a través de un sitio web dedicado en inglés y español con traducciones de textos de la exposición disponibles en Chamoru, filipino y ʻŌlelo Hawai’i. Una vista previa de prensa de la exposición con los curadores se llevará a cabo el jueves 27 de abril, de 10 a 11:30 a.m. RSVP a duncanc@si.edu.

“En 1898, Estados Unidos comenzó a emerger como una potencia mundial, empleando una flota naval recién modernizada para enfrentar y derrotar a la armada española tanto en Manila como en Cuba”, dijo Lemay. A medida que el país se expandió a través de la toma de territorios de ultramar, incluido Hawai’i, también buscó controlar el acceso al mar, un esfuerzo que culminó con la construcción del Canal de Panamá en 1913. El año 1913 también fue testigo de las escaramuzas finales de la guerra filipino-estadounidense, un conflicto cuya brutalidad conmocionó a muchos e incurrió en vehementes debates en los Estados Unidos sobre el imperialismo. Aunque a menudo se pasa por alto, este período de la historia de Estados Unidos fue fundamental en términos del surgimiento del país como potencia mundial, y sus consecuencias continúan influyendo en las políticas internacionales.

“1898: U.S. Imperial Visions and Revisions” posiciona a 1898 como el ápice de la trayectoria de expansión territorial de la nación que se remonta a la fundación de las Trece Colonias. La exposición ancla la historia de 1898 en el desplazamiento y la guerra contra las naciones nativas americanas y examina cómo esa expansión llegó a los territorios de ultramar.

USS Maine (ACR 1)

El Maine hundido en la bahía de la Habana

El hundimiento del USS Maine en el puerto de La Habana hacia el final de la Guerra de Independencia final de Cuba (1895-98) proporcionó la justificación para que Estados Unidos interviniera militarmente en Cuba. Si bien la explosión del barco probablemente fue causada por la explosión de sus calderas, muchos en los Estados Unidos culparon a España, allanando el camino para que Estados Unidos tomara tierras controladas por los españoles en el Caribe y el Pacífico.

La Guerra de 1898 y la subsiguiente Guerra Filipino-Estadounidense (1899-1913) permitieron a los Estados Unidos afirmar el control sobre Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. En el transcurso de la Guerra de 1898, los Estados Unidos también anexaron Hawai’i por resolución conjunta del Congreso.

“1898: U.S. Imperial Visions and Revisions” yuxtapone retratos de figuras clave en los debates estadounidenses sobre la expansión en el extranjero con los de reformistas y luchadores por la libertad como José Martí de Cuba, Eugenio María de Hostos de Puerto Rico, José Rizal de Filipinas y Padre José Bernardo Palomo de Guam. Para abordar el derrocamiento y posterior anexión de Hawái en julio de 1898, la exposición incluye un retrato venerado de la reina Liliʻuokalani, la única reina reinante del Reino de Hawái y su última monarca soberana. Prestado por los Archivos Estatales de Hawái, con el apoyo del Palacio ‘Iolani y las Sociedades Benéficas Reales de Hawái, esta es la primera vez que el retrato estará a la vista fuera de la patria de la realeza.

“En Estados Unidos, la Guerra de 1898 y la expansión territorial que produjo han sido aclamadas como un triunfo que marcó el comienzo de una era de poder global de Estados Unidos”, dijo Caragol. Sin embargo, este período histórico también fue testigo de un intenso debate, cuando muchos en los Estados Unidos y en las tierras que se apoderó preguntaron: ¿Cómo podría una nación nacida de una lucha anticolonial tomar posesión territorios de ultramar? ¿Iba esto en contra de los valores fundacionales de libertad del país? Esta exposición se centra en esos debates y señala sus consecuencias”.

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“1898: U.S. Imperial Visions and Revisions” presenta objetos e investigaciones desarrolladas a partir de visitas curatoriales a 74 colecciones de todo el mundo. Las semejanzas de individuos están acompañadas por pinturas de género y paisajes marinos de varias batallas. Las obras de arte de los principales artistas de época Winslow Homer, Armando García Menocal, Juan Luna, Francisco Oller y Cestero, John Singer Sargent y Frederic Remington están a la vista junto con documentos de archivo. Mapas, juegos de mesa, ilustraciones de revistas y caricaturas ilustran cómo se utilizaron las imágenes para obtener apoyo público para los esfuerzos expansionistas del gobierno.

“1898: U.S. Imperial Visions and Revisions” es posible gracias a la generosidad de la Fundación Andrew W. Mellon, Ann S. y Samuel M. Mencoff, Luis A. Miranda, Jr., la Fundación de la Familia Miranda, la Fundación Terra para el Arte Americano y muchos otros partidarios. La exposición recibió apoyo federal del Latino Initiatives Pool, administrado por el Smithsonian Latino Center, y del Asian Pacific American Initiatives Pool, administrado por el Smithsonian Asian Pacific American Center. “1898: U.S. Imperial Visions and Revisions” se presenta en consulta con un comité asesor de académicos de diversos orígenes y especialidades, en particular Silvia Álvarez Curbelo, David Aiona Chang, Jorge Duany, Anne Perez Hattori, Kristin L. Hoganson, Brian M. Linn, Ambeth Ocampo, Lanny Thompson y Neil Weare. Un nuevo libro, copublicado por la National Portrait Gallery y Princeton University Press y editado por los curadores de la exposición, incluirá textos de Caragol, Lemay, Maestre y seis académicos externos: Duany, Theodore S. Gonzalves, Hoganson, Healoha Johnston, Paul A. Kramer y Weare. 1898: Visual Culture and U.S. Imperialism in the Caribbean and the Pacific está programado para estrenarse en el verano de 2023.

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Galería Nacional de Retratos

La Galería Nacional de Retratos del Smithsonian cuenta la historia multifacética de los Estados Unidos a través de los individuos que han dado forma a la cultura estadounidense. Abarcando las artes visuales, las artes escénicas y los nuevos medios, la Galería de Retratos retrata a poetas y presidentes, visionarios y villanos, actores y activistas cuyas vidas cuentan la historia de la nación.

La Galería Nacional de Retratos está ubicada en las calles Octava y G N.W., Washington, D.C. Smithsonian Information: (202) 633-1000. Conéctate con el museo en npg.si.edu y  en Facebook, Instagram, Twitter y YouTube.


Traducido por Norberto Barreto Velázquez