El sistema de segregación racial establecido en el Sur de los Estados Unidos en las últimas décadas del Siglo XIX, tuvo terribles consecuencias a corto y a largo plazo. El Jim Crow –como fue conocido este sistema– buscaba garantizar el predominio político, económico y social de los blancos, manteniendo subordinados y sometidos a los negros a través de un sistema que combinaba restricciones legales y terrorismo racial.
En este escrito, Livia Gershon nos da un excelente ejemplo de la capacidad destructora del Jim Crow. Siguiendo al historiador Andrew Gómez, Gershon examina el efecto que tuvo la segregación racial sobre los cubanos residentes en la Florida. Según ella, a finales del siglo XIX, en una pequeña parte de la costa de Florida existía una cultura única creada por inmigrantes cubanos. Este era un microcosmo racialmente integrado, en donde cubanos blancos y negros convivían hasta que el Jim Crow se impuso y los separó.
Gershon es una escritora independiente cuyos trabajos han aparecido en publicaciones como Salon y Aeon Magazine.

Cómo Jim Crow dividió a los cubanos de Florida
JStor Daily 21 de enero de 2024
Según el historiador Andrew Gómez, el comienzo de la Guerra de los Diez Años de Cuba en 1868 hizo que los fabricantes de cigarros cubanos y sus empleados huyeran a Florida, específicamente a Ybor City (ahora parte de Tampa) y Key West. Los trabajadores de esta industria multimillonaria tenían varias mezclas de ascendencia africana, europea e indígena. Y, a pesar de la jerarquía racial histórica de Cuba, trajeron consigo el espíritu del movimiento independentista de la nación, que estaba cada vez más comprometido con la igualdad racial.
“En Florida, los cubanos de color organizaron comités revolucionarios, trabajaron en concierto con líderes militares y mantuvieron profundos vínculos con la prensa regional”, escribe Gómez.
El Instituto San Carlos de Cayo Hueso, fundado en 1871 por cubanos de Florida, albergó una de las primeras escuelas racialmente integradas en los Estados Unidos y albergó conferencias muy concurridas donde se discutía la importancia de los cubanos negros para el futuro de ese país. El instituto era una de las más prominentes de las muchas sociedades de ayuda mutua de la zona, que ofrecía seguro médico, ayuda con los entierros, entretenimiento y otros servicios. Mientras tanto, en las fábricas de cigarros, las organizaciones laborales construidas por anarquistas y socialistas, como La Resistencia de Ybor City, reclutaron trabajadores de todos los puestos de trabajo sin discriminar por raza y género.
Para la cultura estadounidense más amplia de la época, los cubanos ocupaban un estatus racial entre negros y blancos, al igual que los inmigrantes de Europa del Este y del Sur, los mexicanos y los Creoles. Pero, escribe Gómez, eso comenzó a cambiar a medida que las leyes de Jim Crow y el terrorismo supremacista blanco se intensificaron.
Bajo el gobernador Edward Aynesworth Perry, elegido en 1885, el gobierno de Florida revirtió los cambios de la era de la Reconstrucción, destituyendo a los funcionarios negros de sus cargos y consagrando la segregación racial en la constitución estatal. A finales de la década de 1880, algunos de los muchos matrimonios entre cubanos de diferentes tonos de piel estaban siendo cuestionados como mestizaje (miscegenation).
A principios del siglo XX, las sociedades de ayuda mutua, incluido el Instituto San Carlos, adoptaron reglas que excluían a los cubanos negros. Y las escuelas cubanas, muchas de las cuales inicialmente habían desafiado los requisitos de segregación de la década de 1880 en Florida, se convirtieron gradualmente en instituciones solo para blancos. A algunos cubanos de piel más oscura se les prohibió la entrada a los cines y a las piscinas que disfrutaban sus primos.
Mientras tanto, escribe Gómez, los comités de vigilantes disolvieron las organizaciones sindicales radicales. En su lugar, la Cigar Makers International, afiliada a la Federación Americana del Trabajo, comenzó a organizar las fábricas de cigarros, pero solo a los trabajadores blancos.
La década de 1920 trajo la segunda ola del Ku Klux Klan a las comunidades de todo el país. En el sur de la Florida, el Ku Klux Klan atacó a miembros de la comunidad cubana, en particular a aquellos que cruzaban la línea divisoria cada vez más sólida que separaba a mujeres y hombres, blancos y negros.
La segregación legal y el terrorismo racial empujaron a los cubanos negros a las escuelas e instituciones afroamericanas, que se volvieron cada vez más multiculturales. A pesar de las barreras lingüísticas, culturales y religiosas, muchas personas de estas comunidades formaron amistades y matrimonios.
Los cubanos blancos, por su parte, siguieron la misma trayectoria que las comunidades española e italiana de la región, integrándose cada vez más en la sociedad anglosajona blanca.
Recursos
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Jim Crow and the Caribbean South: Cubans and Race in South Florida, 1885–1930s
By: Andrew Gomez
Journal of American Ethnic History, Vol. 36, No. 4 (Summer 2017), pp. 25–48
University of Illinois Press on behalf of the Immigration & Ethnic History Society
Traducido por Norberto Barreto Velázquez









