Como comentamos en noviembre del año pasado, el Instituto Universitario de Investigación en Estudios Norteamericanos “Benjamin Franklin” de la Universidad de Alcalá (Instituto Franklin – UAH) es uno de los centros dedicados a los estudios estadounidenses más importantes de Europa. Entre sus publicacones destacan un blog titulado Diálogo Atlántico, al cual pretendo brindar atención este año.
Comparto con mis lectores una corta nota del Doctor Raúl César Cancio Fernández, publicada en el blog del Instituto, sobre una fallida operación de tropas de la Unión «sobre Richmond, la capital confederada, con el objeto de destruir las líneas de comunicación y suministro entre la ciudad y el ejército del general Robert E. Lee del Norte de Virginia, dispersar al gobierno confederado y liberar a los soldados unionistas confinados en condiciones inhumanas en el campo de prisioneros de Belle Isle.»
De acuerdo con el Dr. Cancio Fernández, esta acción pudo haber influido en el magnicicio del presidente Lincoln.
Norberto Barreto Velázquez
20 de febrero de 2020
Leap Year en Richmond, Virginia
Raúl César Cancio Fernández
Diálogo Atlántico
La Guerra de Secesión Americana contó, como nosotros hoy, con su año bisiesto, 1864, y, consecuentemente, también con su añadido 29 de febrero que, además, no fue un día inocuo ni mucho menos. El 12 de febrero de ese año, quincuagésimo quinto cumpleaños de Abraham Lincoln, el controvertido general de caballería Kilpatrick puso sobre la mesa del presidente una operación de incursión sobre Richmond, la capital confederada, con el objeto de destruir las líneas de comunicación y suministro entre la ciudad y el ejército del general Robert E. Lee del Norte de Virginia, dispersar al gobierno confederado y liberar a los soldados unionistas confinados en condiciones inhumanas en el campo de prisioneros de Belle Isle. Veremos después como, al parecer, había también un propósito no revelado.

Coronel Ulric Dahlgren
El plan se articulaba en tres movimientos: en un primer estadio, la brigada de caballería del general Custer y la infantería del VI Cuerpo de Sedgwick ejecutarían un movimiento diversivo hacia Charlottesville, que confundiera a las defensas confederadas, y permitiera, por un lado, a la columna de Kilpatrick atacar la capital por el norte sobre el eje del Ferrocarril Central de Virginia y, paralelamente, otra columna comandada por el joven coronel Dahlgren, vadear el río James por Goochland Courthouse, atacando Richmond por el sudoeste.
Sin embargo, lo planeado se vio fatalmente alterado tanto por elementos naturales como humanos. En primer lugar, la madrugada de aquel 29 de febrero fue especialmente complicada meteorológicamente en la Península, con fuertes rachas de viento y aguanieve persistente que dificultó la maniobra de vadeo del James, a lo que se añadió la pésima elección del guía que debía indicarles el lugar de paso. Por otra parte, la maniobra de diversión no resultó completamente verosímil, lo que provocó que la columna de Kilpatrick, ante esa circunstancia y la ausencia de señales de su compañero, retuviera la marcha hacia Richmond, confundiendo, en medio de la incertidumbre, a un grupo de ancianos con la infantería rebelde a las puertas de la ciudad, retirándose hacia el río York y dejando sin cobertura a la fuerza de Dahlgren, que fue aniquilada en las inmediaciones de King&Queen Courthouse, después de una afanosa huida por los ríos Pamunkey y Mattaponi.
Cuando los confederados registraron el cuerpo sin vida de Dahlgren, supuestamente encontraron órdenes oficiales de asesinar al presidente Jefferson Davis y a todo su gabinete, extremo que, no obstante, sería desmentido por carta del general Meade a Lee fechada en 17 de abril siguiente. Sea como fuere, muchos sostienen que ese controvertido hallazgo es el origen del magnicidio que poco más de un año después ejecutara John Wilkes Booth en el Teatro Ford… bis sextus dies ante calendas martii.
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