Como muchísimas otras cosas de su historia, una buena parte de los estadounidenses desconocen o ignoran que la presencia hispana en lo que hoy conocemos como Estados Unidos antecede por mucho el nacimiento de la república norteamericana a finales del siglo XVIII.
En esta corta nota Francisco Castillo Urbano hace un breve recuento sobre los inicios de la presencia hispana en Estados Unidos. Además, nos invita a participar en el seminario virtual «Crónicas y testimonios de la presencia hispana en los actuales Estados Unidos (siglos XVI y XVII)» organizado por el Instituto Franklin-UAH (27 al 28 de junio de 2022).
Castillo Urbano es profesor de Filosofía en la Universidad de Alcalá.
Sobre el inicio de la historia de la presencia hispana en Estados Unidos
Diálogo Atlántico 23 de junio de 2022
Los cronistas y las crónicas sobre el actual territorio de los Estados Unidos no han sido los que más han atraído la atención de los estudiosos. La dispersión de los grupos que habitaban tales territorios, su sencilla forma de organización y el escaso número de individuos que los integraban llamaron la atención bastante menos que los grandes imperios azteca e inca. Tampoco los procesos de exploración, conquista, evangelización y colonización que allí tuvieron lugar ni los autores que se han aventurado a escribir sobre el asunto, han podido equipararse con sus homónimos de más al sur.
Con esas características estructurales, los que se aventuraron en la exploración vieron muy tempranamente la dificultad de la conquista, resintiéndose en igual medida los demás procesos a ella asociados. Solo la evangelización, guiada por una lógica alternativa al enriquecimiento y la fama, consiguió dar algún paso hacia adelante, pero siempre de manera muy insegura e incipiente. La colonización respondió más a imperativos políticos que a intereses civiles: pronto se vio que había que establecer el suficiente dominio del territorio como para evitar que los asentamientos de otros países pudieran poner en peligro el control hispano, pero la necesaria financiación careció de continuidad. Por último, los que quisieron dejar testimonio de sus experiencias, no tuvieron el talento que mostraron los que se ocuparon de narrar las historias sobre las tierras más ricas y pobladas. Tampoco los acontecimientos alcanzaron a ser tan sorprendentes y extraordinarios como lo habían podido ser la conquista de Tenochtitlán o Cuzco, lo que resultaba una dificultad añadida para alcanzar una escritura sobresaliente. Solo algunos relatos aislados, como los de Cabeza de Vaca o el Inca Garcilaso, que escribió sin un conocimiento directo del territorio, alcanzaron una calidad literaria equiparable a las de las más famosas historias de Indias.

Descubrimiento del Misisipi, por William H. Power, 1847. Hernando de Soto viendo por primera vez el río Misisipi. El Capitolio
Aunque estas consideraciones pueden explicar que estas crónicas no hayan tenido la misma trascendencia que sus equivalentes sobre otros territorios, no deja de ser una situación que dista de ser aceptable. La limitada difusión de tales textos no solo provoca su desconocimiento, lo que ya es de por sí un motivo de insatisfacción, sino que contribuye a obstaculizar la familiaridad con un pasado y unas tierras que cada vez se muestran más ajenos a lo verdaderamente ocurrido. El conocimiento del pasado hispano de más de la mitad de los actuales Estados Unidos resultará más difícil de explicar, como de hecho ya lo está siendo, si no se atiende a las fuentes y a los autores que lo narraron por primera vez.
Por eso, este encuentro y el posterior proyecto de edición de los estudios sobre esas crónicas y sus autores quieren contribuir a poner de manifiesto lo ocurrido en esos territorios reuniendo a historiadores y antropólogos, filósofos y filólogos, etc., con el interés común por los estudios históricos y de ideas sobre el territorio que fue de aquella monarquía hispana y que hoy forma parte de los Estados Unidos.
La discusión no versará solo sobre las historias y los relatos sino también sobre sus autores, la forma y el estilo de sus escritos y las ideas que estos contienen. Se trata, por tanto, de analizar sus contenidos como expresiones de ideas, mentalidades y preocupaciones de sus responsables. Con ello se pretende conocer con mayor profundidad y coherencia tanto lo que pensaban de lo observado como lo que revela el texto de sí mismos, permitiendo así entender mejor sus acciones y los comportamientos adoptados con las personas y realidades que se encontraron.
Si quieres saber más sobre el tema puedes asistir de manera virtual al seminario «Crónicas y testimonios de la presencia hispana en los actuales Estados Unidos (siglos XVI y XVII)» organizado por el Instituto Franklin-UAH y que tendrá lugar los días 27 y 28 de junio de 2022.
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